Ex Machina y la postura del oprimido

CraklyLotus
5 min readMay 17, 2021

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A simple vista Ex Machina se presenta como una película de ciencia ficción y particularmente como un thriller que trata sobre la IA (Inteligencia Artificial). A alguno le llamará la atención al principio por ser un aficionado a la ciencia ficción y a los robots. ¿Y porque no?, el tema es muy apasionante y sin duda tiene potencial para indagar en la existencia y mentalidad humana.

Pero a otros el argumento les puede parecer un tema tan manido por tratar sobre robots e IAs (Blade Runner, 2001 Una Odisea del espacio, El hombre Bicentenario, A.I. Inteligencia Artificial, Matrix…) y ¡oh vaya! la IA la representan como una mujer hermosa (Her, Metrópolis, Ghost in the Shell, Halo, Kara, Eva…). Lo que aporta verdaderamente la película es su mirada feminista al, como ya he dicho, trillado “género” de las inteligencias artificiales.

Es obvio que se necesita ver la película para leer este comentario, que no voy a ir explicando paso a paso el argumento. Lo que si haré es describir brevemente los tres principales personajes.

Del que primero tenemos constancia es de Caleb. Se trata de, y sin sentido negativo per se, un friki. Un tipo cualquiera muy reservado que no trata mucho con la gente y menos con mujeres (eso de enamorarse de la IA al poco de conocerla nos da a pensar eso).

Luego está Nathan. Un genio, chulo, prepotente, posesivo y egocéntrico que se cree dios. No estoy descubriendo el pan afirmando esto ya que el tío para empezar tiene una posición de superioridad sobre los otros dos personajes y además el mismo se comporta y actúa como alguien que se cree superior a los demás (vive en una “mansión” a kilómetros de la civilización, crea robots mujeres (¿quién ha dicho machismo?) para hacerles de esclavas y se denomina a si mismo dios por haber creado vida (Ava)).

Por último está Ava, la verdadera protagonista, la cual se ve bastante poco y solo muy entrado la película. Su primera aparición está construida de tal forma que nos sintamos como Caleb, fascinados por semejante criatura. El informático no tarda en enamorarse y espiar a través de una pantalla en su cuarto (aquí se remarca al chaval como boyeur y no tan inocente como pensábamos).

La película se muestra constantemente como un thriller del montón, al que solo le añade la curiosidad de ir sobre robots. Pero serán los 15–30 últimos de la cinta los que reformularán todo lo antes visto (aunque ya se va presuponiendo algo con pequeños detalles).

En este tramo final y desde la posición de Ava se muestra como se convierte en el centro de la acción. El tiempo que se toma para ir recomponiendo su cuerpo con partes de las otras IAs, como al estar completa se mira en un espejo como pensando “por fin puedo ser un ser humano”, cómo cuando se va a la superficie y se confunde entre la gente parece decir “por fin soy libre”. Quien negará que cuando Ava se pone el vestido no lo hace para Caleb, lo hace para ella misma, lo hace porque se quiere ver hermosa, no para satisfacerle, sino para saborear una forma que tiene de sentirse una mujer. Si, una mujer. Recordemos que las otras robots iban desnudas porque eran totalmente dependientes de Nathan, como queriendo representar a las mujeres que son alienadas por el hombre, el ponerse ese vestido es una forma de individualización y contraposición a su creador (y opresor). Quien negará que los dibujos hechos por la IA más allá de ser una forma de engañar a Caleb, son una expresión artística de ella misma, una muestra de que ella puede crear sin dominar, a diferencia de Nathan. Quien negará que cuando Ava se encuentra a Kyoko, las dos se miran sabiendo por lo que han tenido que pasar cada una.

Desde el otro bando vemos a Nathan crear IAs para ser esclavas sexuales: es gracioso que según él las IAs tengan clítoris y puedan sentir placer para que sean más humanas, cuando de que sirve darle eso si solo se pueden acostar contigo y prácticamente las obliga a ello. Por otro lado está Caleb, que se muestra como un chico tímido y que incluso ayuda a Ava a escapar, pero es, como ya he dicho, un boyeur. No quiere salvar a Ava para que sea libre, la quiere para sí mismo. Muy relevante es que, cuando por fin libera a la IA y esta empieza a formar su cuerpo, Caleb se la queda mirando a través de un cristal. Se condena a si mismo por elegir mirar desde las sombras.

Otro elemento a destacar es el hecho de que los momentos más “poéticos”, por así decirlo, de la película son cuando Ava está en su intimidad, cuando se muestra como una persona, cuando es ella misma y cuando consigue la libertad. La cúspide de todo esto llega con la liberación de Ava del encarcelamiento de Nathan, con la muerte de este y la de Caleb, y su posterior fusión con el gentío y alejamiento de la cámara, representación de la liberación de la mujer, tanto física como espiritual. Ava ya no tendrá que estar supeditada a nadie más. Ya es completamente libre.

Pero claro no todo podía ser bueno, porque lo que impide que esta película se convierta en una excelente obra es precisamente su etiqueta de thriller o peli de misterio. El film se posiciona desde el punto de vista de Caleb (como bien dice Michael Tucker en su video), haciendo que el espectador no sepa todo lo que está ocurriendo, ergo se crea la tensión y el misterio. Esto se convierte en un punto negativo cuando intentas llevar a cabo dos posturas incompatibles. El director Alex Garland decide jugar al misterio, al uy que pasará, al mostrar toda la acción desde los ojos de Caleb. Pero al hacer esto no se muestra la postura de Ava, lo que hubiera permitido conocer más de ella, como se sentía, que pensaba, si se sintió mal dejando a Caleb, como vivieron su vida las otras robots, etc. Es decir, la película intenta ser un thriller con giro final inesperado (que ni siquiera es un misterio que te impacte, como dice DayoScript) en detrimento de la protagonista Ava, que es como dice Michael Tucker quien consigue su objetivo. Se limita capacidad expresiva para llevar a cabo un thriller barato.

La película tiene su valor por como plantea y revisiona la imagen de la IA como metáfora de la opresión del machismo. Tiene valor tal y como presenta su mundo y a sus personajes, los cuales pese a que alguno no te pueda caer bien, no se puede negar lo bien construidos que están y lo interesantes que son. Pero todo esto se viene abajo cuando el film decide dejar de lado esta postura, dejar de lado el ser radical y firme en una ideología para ser un thriller del montón, seguramente por miedo precisamente a ser demasiado sugerente y disgustar a parte del público. Decide jugar en una liga más para todo el mundo.

Pese a esto no le quito el mérito de haber conseguido reformular un género (si se le puede llamar así) que ya venía necesitando un cambio.

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